Desgajar la ausencia
separar la sombra,
incidir profundo
buscando el dolor
hasta mutilarlo
con la palabra,
verter la víscera
en una bolsa
con rumbo incierto
irrigando la estepa
el temor y el tiempo;
la sangre ferrosa
machaca la boca
y corrompe inocencia.
Despegar la carne
arrancar la piel,
esparcirla en llanto
cosechando heridas
hasta vulnerar
escupiendo el verso
y las utopías,
destrozar las normas
rasgar los nudos
fingir ternura
rellenando ayeres
hasta rumiar
de melancolía.
Secar el lodo
orear las lagrimas
vestir soledades
forjando de nuevo
otro universo,
mamar inexperto
hasta cansarse:
el punto elegido,
un frío equilibrio
de este camino
para empezar
a olvidarte.
1/03/10 at 16:16
Felicitaciones por cultivar la vena poética!
Buen ritmo y canebcia,
diría yo como lego en estos asuntos